Si piensas en una biblioteca, probablemente te venga a la mente un edificio silencioso con estanterías infinitas y un bibliotecario que te mira con cara de «baja la voz o te vas fuera». Pero el mundo está lleno de sorpresas, y entre ellas encontramos bibliotecas insólitas, rincones que desafían la idea tradicional del lugar donde se guardan y disfrutan los libros. Desde barcos que surcan océanos hasta cárceles donde las páginas se convierten en ventanas de libertad, los libros han encontrado refugios tan extraños como fascinantes.

Imagina entrar en un edificio donde el silencio tiene poder, el saber se apila hasta el techo y los libros te miran desde todos los ángulos como si supieran más de ti que tú de ellos. Las bibliotecas son esos templos del conocimiento donde uno puede perderse sin moverse de su sitio y, paradójicamente, salir con la cabeza en otro siglo, país o universo. Pero no todas las bibliotecas son iguales. Algunas son tan colosales, tan abrumadoras, que podrías pasar meses allí sin repetir pasillo. Y, créenos, hay verdaderos monstruos de papel ahí fuera. Hoy, venimos a hablarte de las bibliotecas más grandes del mundo. ¡Un espectáculo para nuestros ojos y nuestra mente!

Seguro que ya sabes que en Cuba existe un control absoluto sobre muchas cosas por parte de un gobierno comunista que, por otro lado, no deja de ser la herencia de la dictadura castrista que durante tanto tiempo dirigió la isla, dejando a la misma en unas condiciones en las que los cubanos no encuentran su sitio en el presente y, lo que es peor, no tiene pinta de que vayan a hacerlo en el futuro. Es cierto que muchas veces hablamos de los problemas y penurias de los ciudadanos a pie, pero también debemos tener en cuenta que son muchos los profesionales que viven al límite, pensando que cualquier trabajo que puedan llevar a cabo puede tener consecuencias fatales. La religión tiene gran importancia en Cuba. Son muchos los que viven su día a día en la fe y, como tal, quieren la máxima libertad para poder disfrutar de la misma en todo su esplendor. Desgraciadamente, hay que tener mucho cuidado con la religión en Cuba.