Admitámoslo: todos tenemos ese amigo que deja libros por ahí estratégicamente, como quien deja migas de pan intelectuales para que el resto admire su nivel cultural. Pues bien, tú también puedes jugar a eso. No hace falta memorizar a Kant ni entender a la primera el Ulises de Joyce. Lo que necesitas son libros para parecer más inteligente, que además puedas disfrutar sin que se te funda el cerebro.

¿Alguna vez has cerrado un libro y te has quedado mirando al vacío como si acabaras de descubrir un giro en tu propia vida? Bienvenido al club. En este post vamos a hablar de esos libros con finales sorprendentes que no solo te hacen releer la última página, sino también cuestionar tus elecciones de confianza. Porque sí, cuando una historia te engaña con arte, se merece un aplauso y una recomendación (tranquilo, sin destripes).