tipos de editoriales

¿Cómo trabaja una editorial?

¿Qué tipos de editoriales existen? ¿Cómo funcionan cada una de ellas? ¿Cómo es la relación con los autores? Resolvemos todas estas dudas en las siguientes líneas. 

Las editoriales tradicionales no cobran al autor por editar y publicar un libro. Editar significa básicamente diseñarlo, corregirlo, maquetarlo, crear la portada, imprimirlo, distribuirlo, promocionarlo y venderlo. El coste de todo lo anterior es lógicamente muy elevado. Las editoriales reciben miles de propuestas al cabo del año. De todas esas se quedan con las que creen que van a tener mejor acogida entre el público. Su visión de la publicación es netamente comercial, invierten para tratar de recuperar su inversión y ganar dinero. También hay que tener claro qué es un agente literario. Es un representante editorial que media entre el escritor y agentes como la editorial para encontrar el mejor contrato de edición de la obra del representado.​ La editorial normalmente cobra un porcentaje de las ventas.

Otra posibilidad es optar por la co-edición. Se trata de compartir los gastos con la editorial. El valor añadido que esta aporta es su red de distribución y su nombre y prestigio. Una editorial que comparte gastos se preocupa de que el libro se venda en las condiciones adecuadas y llegue al mercado. 

¿Qué es la distribución?

Se trata de que el libro se envíe físicamente a diferentes librerías para su venta. Nunca es impresión bajo demanda. Cuando una editorial accede a compartir gastos es porque ve posibilidades en la obra. Aliarse con una editorial de renombre o gran presencia en el mercado editorial es beneficiarse de ese nombre y de su red de venta, distribución y promoción. En muchos casos puede ser una opción interesante para los autores, sobre todo para los noveles. Si se toma la decisión de coeditar hay que leer bien la letra pequeña, las condiciones, la cesión de derechos, el coste y saber cómo se va a distribuir el libro.

La autopublicación

Si las editoriales no están interesadas o no se dispone de recursos económicos suficientes esta es una opción. En este caso, el autor se hace cargo de maquetar, corregir, diseñar, gestionar temas legales, promocionar y vender el libro. Se trata de publicar sin  intermediarios, sin necesidad de acudir a una casa editorial. Al igual que tenemos distintos tipos de editoriales, hoy existen diversas plataformas que dejan el libro disponible para la venta. 

Si todo lo anterior lo hace una empresa externa, luego habrá que llevarlo a una editorial para venderlo. Esta opción cada vez es más demandada y totalmente factible. Antes solo había un canal de venta, las librerías, pero ahora cualquiera puede comprar un libro por Internet y usar ese mismo canal para hacer publicidad y promocionar la obra. Eso sí, hay que tener cuidado para que no se vea mermada la calidad. Si se puede asumir el coste, es conveniente contratar editores y correctores profesionales para la revisión del contenido. Como habrás deducido, la publicación tradicional es más compleja. Incluye dos elementos: el autor y la editorial. Les une un contrato y la segunda corre con todos los gastos y se encarga de que el texto esté en las mejores condiciones posibles y llegue a los potenciales lectores. Además, si recurrimos a una editorial, podremos valernos de su infraestructura y contar con su respaldo. Además, firmar un contrato con una editorial te puede abrir las puertas de eventos y premios. Por ejemplo, ferias que se celebran cada año en distintas ciudades.